"Te escribimos para decirte cuánto te echamos en falta y cómo ha cambiado la vida desde que nos has dejado. Aún no nos hemos repuesto de lo sucedido, y nos duele que no nos dijeras adiós.
A veces nos sentimos resentidos contigo por el inmenso dolor que nos has causado. A veces nos sentimos enojados con nosotros mismos por no haber sabido prevenir la tragedia.
Lamentablemente no hemos podido escoger en tu lugar, porque, si esto hubiera sido posible, tú estarías aún entre nosotros.
Pensamos siempre en ti, aun cuando los recuerdos nos entristecen.
Sin embargo no hemos renunciado a vivir y a tener esperanza, a pesar de la amargura.
Tal vez nos habrás visto un poco más sonrientes: nuestro deseo es que tu hayas encontrado la paz que buscabas.
En nuestra plegaria pedimos poder abrazarte de nuevo al final de nuestros días.
Con todo nuestro cariño:
Tu familia".
(Tomado de Arnaldo Pangrazzi)
Puedes encontrar más información sobre el duelo después de un suicidio en:
Duelo por el suicidio de un ser querido. J. Montoya
Duelo por el suicidio de un ser querido. J. Montoya
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